El arte del pastel suele considerarse como una técnica de dibujo, o de
pintura. Esto es especialmente cierto para el pastel al óleo, cuyo resultado se
acerca al de la pintura.
·
Al contrario, los lápices y los pasteles secos cuadrados (llamados
también pasteles secos "duros") se prestan a los trazados gráficos y
a la realización de obras dibujadas.
·
Muy ricos en pigmentos, el pastel seco blando expone sus colores
relucientes tanto en los grandes trazos como en las amplias zonas planas.
El pastel se expresa a través de las superposiciones de capas. Las
mezclas de colores nunca se preparan con antelación y se trabajan en la
superficie, sobre el papel. Por lo tanto, el color de éste último es
fundamental. Éste se mezcla visualmente con el primer color aplicado, generando
un matiz intermedio que tendrá aún más fuerza si el papel es de grano grueso:
el pastel se deposita sobre todo en los relieves.
Hay dos métodos para mezclar los colores:
·
Físicamente, mezclando los pigmentos.
·
Ópticamente, aplicando un color sobre otro sin difuminar. Al registrar
la yuxtaposición de tonos distintos, el ojo capta el matiz intermedio.
debido a su naturaleza
grasa, el pastel al óleo se emplea con frecuencia en empaste, sin riesgo de
saturación.
·
Los pasteles secos (blandos o cuadrados)
Se utilizan de tres maneras:
- El canto de la barrita (A), frotado con gestos horizontales, para
extender zonas planas y cubrir con rapidez las zonas amplias: utiliza un pedazo
de dos centímetros mejor que una barrita entera, más difícil de aplicar
uniformemente.
- La punta (B) o la arista (C), para dibujar con precisión.
- El extremo plano (D) (coloca la barrita verticalmente, perpendicular
al papel), para obtener trazados gruesos y muy suaves.
Fuente; lateliercanson
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